Ayudas de juego VI - Los Dalou'laoshi

Estimados damas y caballeros,

Me encuentro preparando un oneshot de Mago: la Ascensión y siempre me ha intrigado una facción de la Tecnocracia que aparece nombrada en multitud de suplementos pero no se le ha dado una gran importancia en el 20 aniversario: los Dalou'laoshi. Siendo una edición que se preocupa por evitar connotaciones racistas en las Tradiciones y Dispares, me ha parecido raro que hayan eliminado a una facción tan interesante y hayan mantenido a los Go Kamisori Gama, unos Dispares que parecen ninjas de película. Viendo esto, he reunido, traducido y corregido información de distintas fuentes (citadas al final) para ofrecer a los fans de habla hispana de Mago una facción coherente, aunque seguramente tenga que corregir varias cosas después de publicar esta entrada.

Los Dalou’laoshi, también conocidos como los Cinco Dragones Elementales, es un grupo de tecnomantes que opera en Asia. Al principio eran su propia organización, pero fueron absorbidos (de alguna manera) por la Orden de la Razón (conocida más tarde como la Unión Tecnocrática). Aunque existe como parte la organización, la Tecnocracia no es consciente de que existe como una entidad aparte. Los Dalou’laoshi llaman a la Tecnocracia “los Cinco Dragones de Metal”.

Un Tecnócrata asiático desconocido ha afirmado recientemente que la mayoría de lo que se sabe sobre los Dragones Elementales es propaganda nefándica que se ha infiltrado en sus registros. Habiendo tres asiáticos por cada occidental, es ridículo pensar que los Dragones Elementales podrían, o incluso necesitasen, “esconderse” dentro de la Tecnocracia, y que sus facciones son simplemente Metodologías regionales dentro de las grades Convenciones.

Paradigma:

La piedra angular de los Cinco Dragones Elementales es que la unión de la creencia trae el orden. Incluso los caóticos Dragones de Agua creen que sus acciones definitivamente darán lugar a un entendimiento que permita comprender mejor los sucesos aleatorios e incorporarlos a un sistema ordenado. Como el paradigma del Reino Medio cambia y los pensamientos occidentales cuestionan las tradiciones antiguas, los Dalou’laoshi trabajan para prevenir que las sociedades del Reino Medio se enfrenten entre sí y olviden sus raíces.

Siendo en origen inventores como la Orden de la Razón, los Dalou’laoshi modernos, en su lugar, se han centrado en combinar el avance tecnológico con la tradición. Continúan financiando y apoyando el desarrollo de nuevas tecnologías, pero ven la velocidad voraz con la que la Tecnocracia progresa de forma contra productiva al orden público.

Mientras las atrocidades humanas, la intromisión de los Shen y las catástrofes como la Semanas de las Pesadillas perturban el Chi del Reino Medio, los Cinco Dragones Elementales trabajan para mantener posibles alteraciones en su punto más bajo. Perturbar el Chi no es, según su criterio, solamente responsable de desastres naturales, sino culpable de crisis económicas y eventos similares. Si estas alteraciones pudieran ser minimizadas o controladas, se aseguraría el control de la sociedad.

Historia:

Los Dalou’laoshi afirman que siempre han estado presentes y han guiado a los pueblos del Reino Medio. De hecho, comenzaron siendo una escisión de los Wu Lung tras la Guerra del Río Dragón. Desilusionados con la alta magia ritual, en su lugar se centraron en la ciencia para ayudar al pueblo llano, el mayor sufridor de este conflicto. Estos primeros Dragones Elementales tuvieron una relación tumultuosa con los Wu Lung, a quienes apoyaron cuando Fu Xia (el fundador de los Wu Lung) ayudó a Qin Shi Huang a construir su imperio, solo para ser traicionados durante la Quema de Libros, que destruyó muchos de sus primeros avances.

Buscando aliados donde fuera, los Dragones Elementales buscaron fuera del Reino Medio y contactaron con el Collegium Praecepti, magos de la razón provenientes del Imperio Romano. Ambos grupos establecieron una relación de comercio centrada alrededor de la Ruta de la Seda. Ofreciendo tributos de su propia riqueza creciente a los Wu Lung, los Dalou’laoshi se volviendo poderosos, manteniéndose alejados de los conflictos entre los Wu Ling y la creciente Hermandad Akáshica. Gracias a estas relaciones duraderas, los Dalou’laoshi fueron invitados a la Convención de la Torre Blanca, en compañía de varios Wu Lung leales que buscaban aliados.

Los Wu Lung y los Dragones Elementales trabajaron unidos para resistir el gobierno mongol sobre China. Los Dalou’laoshi se reubicaron en las ciudades mercaderes de la costa, donde trabajaron con mercaderes occidentales apoyados por la Orden de la Razón. Ayudando a sus aliados occidentales a fortalecer los poderes coloniales en Asia, la nueva y vigorizada Unión Tecnocrática aparentemente asimiló a los Dragones Elementales en sus filas. Hoy en día, los Dalou’laoshi afirman que fueron sorprendidos por los rápidos avances tecnológicos que la Unión trajo y que no podrían haber previsto cómo iban a ocurrir estos acontecimientos.

Con la Venganza sumiendo a la alta organización de la Tecnocracia en el caos, y debido a la creciente guerra civil entre el Nuevo Orden Mundial y el Sindicato, los Cinco Dragones Elementales se enfrentan a un futuro incierto. Los rumores dicen que los escudos mentales erigidos por los Dragones Espirituales comienzan a caer y que la Unión pronto sabrá la verdad de sus colegas orientales.

Organización:

Los Dalou’laoshi tienen pocas formas dominantes de organización. Las convenciones por sí solas tienen sus propias jerarquías y, de cara al público, muchos Dragones Elementales actúan como partes de la jerarquía tradicional tecnocrática. La individualidad se mira con malos ojos y se espera que todos los Dalou’laoshi trabajen en grupo. Cada diez años, se espera que cada Dalou’laoshi amplíe su nivel de conocimientos, hasta el punto en el que los miembros más antiguos tienen varios doctorados en campos muy diferentes.

Los Dalou’laoshi no responden ante Control. En su lugar, cada miembro es adoctrinado por el Miao Guan justo nada más acabar su entrenamiento en una instalación tecnocrática.

Convenciones:

Los Dalou´laoshi tienen 5 Metodologías infiltradas entre las Convenciones de la Tecnocracia:

Los Dragones Negros de Agua, o Taiping Tianguo:

Temerarios, apostadores, audaces e impredeciblemente peligrosos, el mundo es para aquellos que no conocen los límites, es en el exceso y la transgresión donde se manifiesta el Chi. No se puede tener orden sin diversión, y aunque piensan que sería fantástico que el modelo de la Antigua Burocracia Celestial que regía las cortes mágicas de Asia se mantuviese en pie, lo cierto es que ya no lo hace. El mundo necesita nuevos líderes, gente innovadora, empresarios, gente que sepa dónde invertir, y el Taiping Tianguo está repleto de ese tipo de gente. Suelen infiltrarse en las filas del Sindicato.

Temerarios, apostadores, salvajes, osados. Esas son las palabras que usan para definirnos, pero ninguno de ellos entiende el por qué, la razón es sencilla: no se puede existir el orden sin algo de diversión.

A pesar de que nuestros miembros se encuentran principalmente en Taiwán, lo cierto es que estamos en toda Asia. De hecho, nuestra presencia es mucho más palpable que la de los otros Dragones Elementales.

La razón es simple: estamos allí donde el dinero cambia de manos, donde el riesgo trae la promesa de la destrucción y la renovación. Nidos de miseria y desigualdad como Singapur son buenos para nosotros porque proveen cada deseo posible. Cuando se rompen los límites, se comprenden mejor, y para ver los límites que la humanidad se ha impuesto a sí misma o las murallas que las sociedades construyen a su alrededor, uno tiene que ser capaz de abrazar la transgresión. A través de la historia, hemos alentado todo tipo de elementos divisorios, desde prostitutas a apostadores, desde soldados a traficantes de drogas, para ver específicamente cómo dichos elementos salvajes son afectados por el flujo del Chi (energía mágica).

De hecho, mirándolo bien, muchos actos dañinos para el Chi, como suicidios, abuso de drogas o perversiones de santos rituales, provienen de nosotros, pero no vayas por ahí diciendo ese tipo de cosas. Es simple: para dominar el Chi, uno tiene que ver cómo funciona, hallar sus límites y sus contrapuntos.

Recientemente, hemos logrado un gran avance en la Presa de las Tres Gargantas, un proyecto para recolectar y controlar el gran Chi creado por el poderoso Río de la Perla. Muchos miembros de Zi Guang se han opuesto a este proyecto, afirmando que intentar regular el flujo natural del Chi con constructos artificiales lo mancilla. Qué ilusos, aún si eso fuera cierto, nos daría información poderosa por una simple razón: si funciona, podremos sacar provecho de sus beneficios; si falla, significaría comprender la naturaleza destructiva del Chi.

A diferencia de nuestros hermanos, entendemos la necesidad del equilibrio dentro del Chi. No se existe bien sin mal, no existe riqueza sin miseria, no existe paz sin violencia. Ying y Yang, llámalo como quieras, dicho principio es real. No solo hay que crear Chi, también hay que destruirlo. Y nosotros nos enfocamos en ello, no somos tan erráticos como otros creen, hemos luchado por el equilibrio desde hace siglos.

Ser indulgentes con nuestros vicios no sólo nos permite mancillar el Chi, también nos permite entender la naturaleza del Chi y la naturaleza misma del vicio. Controlando el caos mismo podremos controlar el orden. Mientras otros buscan erradicar el caos, nosotros buscamos crear orden generando caos.

En esta era moderna, hemos abrazado los artefactos de la tecnología, especialmente de la computación y las ciencias físicas avanzadas. Cada oportunidad de promover o examinar sistemas complejos es otra oportunidad para ver medios de crear caos y, con ello, orden. Tenemos grandes intereses en la industria informática, y recientemente hemos invertido mucho dinero, y muy pronto nuestra inversión nos dará réditos. Matemáticos del caos, traidores, señores del vicio, hackers y oportunistas que se aprovechan de la vanidad de la gente, su ignorancia o su soledad, llámanos como quieras, lo cierto es que nuestra labor es necesaria.

Paradigma: Entre sus modos más comunes de ver la realidad (puedes elegir otro no listado) están los siguientes:

  • El Poder Da La Razón: Pág. 569 del Básico.
  • Viaje sólo de Ida al Olvido: Pág. 571 del Básico.

Esferas afines: 

  • Entropía: Pág. 515 del Básico.
  • Mente: Pág. 519 del Básico.
  • Utilidad Primordial (una alternativa tecnocrática a Cardinal): Pág. 526 del Básico.

Prácticas: Entre las prácticas (modos de enfocar la magia) más comunes (puedes elegir otras no listadas) están las siguientes:

  • Arte del Deseo/Hipereconomía: Pág. 574 del Básico.
  • Artes Marciales: Pág. 574 del Básico.
  • Cibernética: Pág. 578 del Básico.
  • Hackeo de la Realidad: Pág. 580 del Básico.
  • Hipertecnología: Pág. 581 del Básico.
  • Magia del Caos: Pág.  582 del Básico.
  • Sabiduría Loca: Pág. 584 del Básico.

Los Dragones Verdes de Madera, o Zi Guang:

Buscan la perfección y la evolución de la humanidad a través de la armonización del Chi (Quintaesencia en términos de juego). Usan el cuerpo humano, la agricultura y programas sociales para cultivar Chi. Suelen infiltrarse en las filas de los Progenitores.

La perfección parece un objetivo simple, pero lograrla exige tolerar la frustración. A lo largo de los años, los Zi Guang hemos aprendido a ser pacientes. Nuestros orígenes permanecen en las sombras. Surgimos aproximadamente en el 10.000 a.C. Fuimos los primeros en desarrollar el cultivo del arroz; en aquel entonces cosechábamos magia con nuestros campos. Con el tiempo, descubrimos medios más efectivos: cultivar el cuerpo humano. Nos culpan de haber desatado terribles pestes, de haber creado terribles males, pero hemos aprendido que el cuerpo humano es portador de magia. A través de estructuras familiares nos extendimos por China y llevamos con nosotros cultura y civilización, progreso y medicina. El auge y caída de las dinastías en China es reflejo de las perturbaciones del Chi, de las que algunos dicen que hemos sido culpables. Sin embargo, siempre hemos tenido dos objetivos: elevar a la humanidad a su máximo potencial y crear una sociedad de gobierno y orden. Seguimos doctrinas confucionistas, ya que nuestro ideal es el de seres que conviven y trabajan en armonía, como hormigas en una colonia. Al final, la evolución logrará sobrepasar el individualismo y todos trabajaremos por un mismo objetivo.

Últimamente, muchos de nuestros hermanos han abrazado el comunismo (maoísmo al principio, y después marxismo-leninismo desde las reformas de Deng Xiaoping en la década del 70) creyendo que dicha doctrina nos otorgaría el orden que nuestro mundo necesita. Otros han vuelto sus ojos hacia la burocracia, usándola como un mecanismo para controlar y refinar el Chi. Al poco aprendimos que no solo podíamos canalizar Chi a través de las masas y el cuerpo humano, sino a través de las burocracias creadas por las comunidades. Así, a medida que la población de China comenzó a crecer, sutilmente los manipulamos para cosechar Chi en enormes cantidades.

Desde entonces, trabajamos junto a nuestros aliados del Miao Guan para vigilar el desarrollo del gobierno de China y su sociedad. Millones de chinos dependen aún de la agricultura, ellos son de los nuestros, y nosotros somos sus pastores. Sin embargo, el mundo ha cambiado, y hemos aprendido a usar las nuevas herramientas para dar forma a los organismos vivos. Son atajos que nos permitirán llegar más rápidamente a nuestro objetivo. La biotecnología es una herramienta que usaremos para lograr la armonía de todos.

En los últimos tiempos, nuestros hermanos del Miao Guan se vuelcan más hacia el tradicionalismo porque ellos no entienden que la eugenesia, los ciudadanos modificados genéticamente y los cambios radicales en el gobierno son necesarios para controlar a las masas. Nos hemos convertido en maestros de las biotecnologías, y a causa de ello estamos preparados para liderar a los Dragones Elementales en el nuevo milenio.

Por ahora, no existen riñas con nuestros hermanos, pero permanecemos atentos. A fin de cuentas, abrazamos el conservadurismo, pero no nos gustan los riesgos que actualmente toman los miembros del Taiping Tianguo. Controlar el Chi requiere estabilidad, una mente serena dispuesta a cultivar. Serenidad es de lo que carecen nuestros hermanos.

Los cambios rápidos y las soluciones inmediatistas buscadas por los Zaibatsu les harán sumamente dependientes de la tecnología controlada por los Dragones Metálicos. Los Zaibatsu no entienden que las herramientas y los cambios sirven para promover nuevas formas de vida, nuevos modelos de seres humanos capaces de armonizar entre ellos y convertirse en grandes fuentes de Chi. En su culto a la máquina y a sus Constructos, los Zaibatsu están comenzando a perder su propósito. Hoy día, trabajamos en zonas rurales y suburbanas, brindamos psicología social, crecimiento agrario. Y sabemos que la gente aprenderá a convivir armoniosamente.

Sin embargo, sabemos que muchos Durmientes llevan más Chi del que sus almas pueden transportar de manera segura. Las zonas altamente pobladas como China e India presentan un problema para los nuestros, y el inestable flujo del Chi en el Tíbet es altamente peligroso. Sin el control adecuado, estos lugares pueden convertirse en espacios peligrosos para los humanos y para los seres sobrenaturales. Por el contrario, somos maestros en vigilar el Chi, y en regular las cantidades adecuadas, extrayéndolo de cada alma viviente. A pesar de todo, si queremos llevar la humanidad a una nueva era de armonía, primero debemos resolver los problemas que tenemos dentro de nosotros. Algunos miembros antiguos se inclinan aún ante la tradición y se resisten al cambio, señalando (quizá con la suficiente justificación) que el cambio no ha traído nada para China excepto dolor y muerte. Aquellos tradicionalistas son maestros del Mianzi y del Guanxi.

El Mianzi se basa en lucir bien ante los ojos de los demás, tener una reputación, “tener rostro”. El Guanxi también se basa en la idea de “tener rostro” pero depende de las redes de favores que se hacen. Fallar en devolver favores o actuar sin escrúpulos en lo social representa perder rostro y, por lo tanto, perder aliados potenciales o que tu red de favores se derrumbe y no puedas contar con nadie.

El Mianzi bebe mucho de lo tradicional, las buenas costumbres, pero también del enorme poder burocrático del que gozan aquellos de los nuestros que lo practican. A fin de cuentas, la burocracia es necesaria para la creación de proyectos y su aprobación, pero no siempre funciona, especialmente porque los Zaibatsu y el Saensaeng se están convirtiendo en expertos en dicha habilidad.

Por otra parte, nuestros hermanos del Taiping Tianguo han revelado las limitaciones de nuestro poder burocrático. Al construir la Presa de las Tres Gargantas y arrasar nuestras tierras de cultivo para acumular Chi, han demostrado las limitaciones de la burocracia. Temían lo que estábamos haciendo, y por eso ahora batallan con nosotros, por controlar la región. Las pérdidas culturales y ambientales han sido enormes. Pero escucha: nuestros hermanos pagarán tarde o temprano por lo que nos han hecho a nosotros, y a nuestras comunidades. Mientras tanto, nuestros nuevos miembros hablan acerca de la necesidad de usar la tecnología para crear una cultura de masas, dicen que debemos actuar rápida y decisivamente para causar grandes cambios en la sociedad, sólo así podremos llevar a la humanidad a una nueva etapa evolutiva.

Paradigma: Entre sus modos más comunes de ver la realidad (puedes elegir otro no listado) están los siguientes:

  • El Poder Da La Razón: Pág. 569 del Básico.
  • La Creación es Divina y Está Viva: Pág. 568 del Básico.

Esferas afines: 

  • Cardinal: Pág. 512 del Básico.
  • Vida: Pág. 522 del Básico.

Prácticas:

  • Cibernética: Pág. 578 del Básico.
  • Ciencia Extraña: Pág. 578 del Básico.
  • Hipertecnología: Pág. 581 del Básico.
  • Medicina: Pág. 583 del Básico.

Los Dragones Rojos de Fuego, o Zaibatsu:

Buscan eliminar a los seres sobrenaturales, son cazadores de vampiros, cambiaformas, fantasmas, demonios y Subversores de la Realidad (Tradicionalistas, Nefandos, Merodeadores y Dispares). Eliminando a las criaturas que se alimentan impíamente de Chi, los Zaibatsu buscan proteger a la humanidad, evitando las disrupciones de la realidad que son producto de la manipulación del Chi por parte de dichas criaturas. Suelen infiltrar las filas de los Ingenieros del Vacío.

Tendrías que ver los juguetes que tenemos para cargarnos a esos hijos de puta.

Tenemos bases en Tokio repletas de laboratorios con la más alta tecnología, y también tenemos extensas redes de agentes en Norte América y Europa. Usamos una fachada, el enorme conglomerado Mikoshi, pero perseguimos un objetivo simple: eliminar a todos los seres sobrenaturales. A todos.

Los Kuei-Jin (vampiros asiáticos), los Hengeyokai (cambiaformas asiáticos), los Chi’n Ta (magos asiáticos) y sus contrapartes occidentales representan un claro e inminente peligro a la sociedad. Los Shen (seres sobrenaturales) cazan a la población mortal y la manipulan, lo que ocasiona que el Chi se comporte de forma errática. Dichas manipulaciones pueden fácilmente destruir las mentes de los Durmientes o causar graves daños físicos.

De hecho, el geólogo Ahuro Tsui clama que la mayoría de los terremotos en Japón son causados por los Shen que perturban los Nodos y los Túmulos, las fuentes de Chi. Dichas perturbaciones pueden destruir a la misma tierra. Los Zaibatsu nos movemos rápido para controlar a Subversores de la Realidad más peligrosos. Jugamos constantemente un juego de policías y ladrones. Además, ellos van perdiendo por una sola razón: no nos limitamos a decirles que lo que están haciendo está mal y a castigarlos, no, eso no tendría sentido; es mejor acabar las cosas de raíz: decapitar a esos hijos de puta, hacerlos cenizas, y enviar sus restos a sus amiguitos sobrenaturales para que capten el mensaje. Nada como un apartamento que estalla en llamas a medio día para sembrar terror entre los Kuei-Jin de mierda.

Lógicamente, podemos hacer eso porque tenemos ventaja. Después de todo, entre nosotros solo están los mejores de los mejores, armados con la más alta tecnología. Ya sea disparar a 1 kilómetro de distancia con un rifle francotirador capaz de penetrar defensas mágicas, o destruir las inversiones de los Shen a través de rápidas jugadas de especulación financiera, o hacer estéril la sangre de los Cainitas para que no puedan crear progenie a través de Bancos de Sangre que han sido intervenidos por nuestros científicos, entre nosotros se encuentran los mejores.

Somos los domadores del fuego, cuyo dominio vino mucho antes que la artesanía, la agricultura o la medicina. Comprender el poder del fuego significó comprender el poder de la energía, y lo entendemos mucho mejor que cualquiera de nuestros hermanos.

A pesar de ello, dicho orgullo viene acompañado con una profunda falta de confianza. Tenemos un oscuro secreto. La mayoría de nuestros miembros descienden no de los altos rangos de las familias Shogun, sino de los Eta, los impuros. En el pasado, los Eta eran aquellos japoneses asignados para cuidar a los muertos, los que ocupaban el rango más bajo no tenían permitido siquiera ser tocados por otros seres vivos. La mayoría de nosotros ha preferido cambiar sus nombres y sus identidades para ocultar tan vergonzoso linaje.

Precisamente, el cómo algunos de estos Eta lograron contactar con la entonces decadente Corte de las Flores de Ciruelo en el siglo XIV sigue siendo un secreto. Sin embargo, la frágil alianza le dio a la Corte la forma de contactar con la poderosa familia shogun de Tokugawa, y de esa manera manipular la historia de Japón durante los siguientes dos siglos. La corte prohibiría cualquier contacto entre los japoneses y los malignos gaijin (extranjeros), previniendo que sus rivales tomaran consciencia del Chi, a medida que los Zaibatsu estudiaban los cuerpos humanos de los Durmientes y Despertados.

La llegada del Almirante Matthew C. Perry en 1854 trajo temporalmente la caída de la Corte de las Flores de Ciruelo, pero eso se corregiría tras los errores cometidos por el Saensaeng en la Segunda Guerra Mundial.

Hoy, los Zaibatsu controlamos el enorme conglomerado Mikoshi, una corporación que hace de todo, desde coches hasta videojuegos, desde ropa hasta bebidas energéticas. Mikoshi también tiene algunos derechos sobre la tierra de Japón (cerca del 85%), y estamos comprando tierra en otras partes. Hong Kong es un gran terreno para la industria inmobiliaria.

Trabajar con nosotros tiene sus complicaciones, por supuesto, no permitimos que nadie renuncie. Al menos no entre los agentes. Lógicamente, eso se debe a que somos una gran compañía. Lo cierto es que, a través de Mikoshi, hemos sido capaces de ejercer una enorme influencia financiera en el mundo, una influencia que comienza a ser temida por el Sindicato y que se fundamenta en el desarrollo tecnológico. Nuestro es el dinero y la tecnología que permitió la creación de Strike Force Zero (el grupo más temible de cazadores de demonios en Asia, después de los Zaibatsu), y tenemos dispositivos capaces de manipular el Chi de maneras mucho más capaces que los juguetes de la Tecnocracia Occidental.

Mira, hay una sola manera de establecer el orden: Eliminar todo aquello que no encaje. Por supuesto, las practicas varían según cada agente, pero se trata de eliminar a nuestros competidores comerciales, a los problemas, y a los Shen, todo junto. Tenemos un gran respeto por nuestra herencia como trabajadores, investigadores y políticos, pero no nos rendimos ante la tradición, porque somos nosotros los que creamos el futuro. Los otros Dragones Elementales comienzan a temernos, comienzan a tener desconfianza, pero por ahora nuestra cruzada contra los Shen es capaz de contener el Chi, y el dinero que otorgamos a nuestros hermanos hace que no se vuelvan rápidamente hacia nosotros. Por otra parte, si llegasen a querer hacernos daño, tenemos contactos entre los Dragones Metálicos. Tenemos el poder sobre nuestros hermanos, y si se atreven a levantar sus puños contra nosotros, les sacrificaremos de la misma manera que se sacrifica a un perro que muerde las manos de su amo.

Paradigma: entre sus modos más comunes de ver la realidad (puedes elegir otro no listado) están los siguientes:

  • La Tecnología Tiene Todas las Respuestas: Pág. 571 del Básico.
  • Todo es Caos: Pág. 570 del Básico.
  • Un Mundo de Dioses y de Monstruos: Pág. 568 del Básico.

Esferas afines:

  • Ciencia Dimensional (Versión Tecnocrática de la Esfera de Espíritu): Pág. 524 del Básico.
  • Fuerzas: Pág. 517 del Básico.
  • Materia: Pág. 518 del Básico.

Prácticas:

  • Cibernética: Pág. 578 del Básico.
  • Ciencia Extraña: Pág. 578 del Básico.
  • Hackeo de la Realidad: Pág. 580 del Básico.
  • Hipertecnología: Pág. 581 del Básico.

Los Dragones Blancos de Tierra, o Saensaeng:

Defensores de la Belleza, la Cultura y el Honor. Siguen el Camino del Guerrero y buscan la pureza de lo tradicional en medio de la globalización, hacen uso de la tecnología para combatir el avance de Occidente. Suelen infiltrarse en las filas de Iteración X.

Belleza, Cultura y Honor. Ese es el Camino del Guerrero. 

Los más antiguos de nosotros cuentan que cuando los Dragones Elementales vieron por fin la verdadera naturaleza del mundo, lo que vieron los Dragones de Madera fueron los defectos de las personas y por ello sirvieron a la humanidad y trataron de repararla. Los Dragones de Agua vieron oportunidades, los de Fuego vieron únicamente peligro, y los Espirituales no podían ver aún el mundo. Sólo nosotros, los Dragones de Tierra, pudimos ver la belleza en el mundo.

Fuimos nosotros quienes entendimos el arte que surgiría a partir de dicha belleza. Los más jóvenes de los nuestros no creen en esta historia, pero ven en ella motivo de orgullo, porque refleja nuestro legado como los más cultos de todos los Dragones. Deja que te diga la verdad sobre nuestros hermanos: Taiping Tianguo son poco más que salvajes rebeldes; el Miao Guan está compuesto de idealistas sin esperanza; el Zi Guang es poco más que un montón de conspiradores cobardes incapaces de moverse más allá de sus burocracias; y los Zaibatsu son traidores a toda la belleza la de cultura asiática en su locura tecnológica. Sólo nosotros tenemos el coraje y la habilidad para guiar a Asia en una línea entre la tradición y la modernidad.

Los Saensaeng trazamos nuestra herencia hasta la Corte de los Crisantemos, un grupo de magos que se reunían alrededor de la corte imperial de Japón en el siglo VIII, contando entre sus miembros tanto con artesanos como con guerreros. Nos atribuimos el mérito de haber desarrollado los elementos esenciales para la sociedad japonesa: la ceremonia de té, los arreglos florales y el bushido. En el siglo XIV, por motivos que nos son aún desconocidos, nos rendimos ante nuestros rivales de la Corte de las Flores de Ciruelo, pero lograríamos recuperar nuestro poder por poco tiempo en el siglo XIX. Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, fuimos humillados por la derrota japonesa, y tuvimos que huir de nuestros vengativos rivales entre los Zaibatsu y el Sindicato. La mayoría de nosotros fue a Corea del Sur, y a partir de allí nos cambiamos el nombre a Saensaeng.

Hemos observado cómo se ha reforzado la modernización en Asia con horror, y por ello nos hemos dedicado a la preservación de la cultura asiática, pero sabemos que la tecnología puede resultarnos útil. ¿Por qué no usar un ordenador para recrear la belleza de los antiguos diseños asiáticos?

Aristócratas hasta la médula, contamos entre nuestros agentes con muchos miembros pertenecientes a la familia imperial japonesa, entre ellos Akihito, el antiguo emperador de Japón. Otros provienen de orígenes más humildes, pero todos ellos tienen sangre real o noble en sus venas. 

Usamos el Chi para crear obras de gran belleza. Mientras otros grupos se centran en el desarrollo de la humanidad, en buscar nuevas o mejores herramientas para enfocar sus mentes, nosotros reconocemos que el alma humana se divide entre lo artístico y lo marcial, y buscamos unir ambas cosas. La guerra es una forma de arte, el Chi generado en el calor y la pasión de la batalla se expresa en lo artístico con ardor. 

Sin embargo, ahora estamos divididos. La mitad de nuestros agentes viven en Corea del Sur bajo una rígida estructura, mientras que un grupo mucho más pequeño trabaja en Japón para minar el trabajo de los Zaibatsu y restaurar el poder imperial de Japón a la gloria que alguna vez tuvo.

No te engaño, aún no hemos tenido éxito. Pero mira: los Zaibatsu han tratado de eliminar el concepto de restauración imperial, y aún no lo han conseguido. La familia imperial se mantiene en su trono, una bulliciosa minoría conservadora aún habla de los viejos caminos, y los Zaibatsu tienen un firme control sobre los intereses corporativos japoneses. En su afán de modernización, nuestros hermanos Zaibatsu han destruido mucho de lo que era bello y grandioso acerca de Japón. Han cambiado el honor, la tradición y la cultura por carteles de neón y ordenadores. Si conoces tu pasado, eres capaz de afrontar el futuro. No abogamos por un completo retorno al pasado, la modernidad ofrece muchas ventajas, pero la tradición es supremamente importante, la tradición conduce al orden, el orden conduce a la paz, la paz conduce al bienestar de todos. 

Algunos nos tachan de xenófobos, quizá es cierto, mantenemos nuestra sangre pura (ya sea japonesa o coreana) y odiamos las otras culturas con un desdén mortal. Quizá entendemos poco de las otras culturas, y muy pocos de los nuestros se atreven siquiera a estudiar o entender otra cosa que no sea su propia tradición. El matrimonio entre primos y medio-hermanos no resulta extraño dentro de los nuestros, en nuestro afán por mantener la pureza de nuestra descendencia. Esto conlleva ciertas desventajas genéticas, pero hay motivos para seguir haciéndolo: pertenecemos a un linaje de dioses, de espíritus ancestrales que nos resguardan, todos ellos pertenecientes a nuestra familia. Nuestro poder es hereditario, y no podemos arriesgarnos a malgastarlo.

Los arreglos florales, la ceremonia del té y el arte de la espada siguen siendo importantes para nosotros. Pero la mayoría de nosotros, hoy día, se centra en el trabajo, en los negocios, en la tecnología, en vigilar o cazar seres sobrenaturales, en enseñar los caminos tradicionales a otros japoneses o coreanos, o aún más importante: enseñarlos a aquellos que pertenecen a nuestra sangre. Valoramos la enorme herencia que Japón perdió durante su modernización, y abrazamos el arte del pincel, la poesía y el kata. Nuestros espadachines usan formas precisas de kenjutsu que trazan su origen al siglo XII, y nuestros artistas prefieren los pigmentos y técnicas tradicionales. A través de la rígida adherencia a la tradición, somos capaces de canalizar Chi y hacer confluir el poder divino. Nuestras espadas son capaces de cortar la roca, nuestra poesía es capaz de incendiar corazones.

Nuestra estructura parece ser opresora, pero tiene sus beneficios. Sabemos que nuestros miembros más jóvenes harán lo correcto, aquello para lo que han sido educados, y por ello les damos libertad, porque han sido moldeados a través de una vida de disciplina rigurosa. Aquellos que se atrevan a traicionar nuestros lineamientos, serán considerados traidores. Aquellos que cometan traición serán perseguidos sin posibilidad alguna de perdón. La familia es lo más importante, no se traiciona a la familia. Y, ante todo, ningún Saensaeng se quiebra ni se rompe, ni revela secretos familiares. Primero la muerte antes que la traición.

Paradigma: entre sus modos más comunes de ver la realidad (puedes elegir otro no listado) están los siguientes:

  • ¡Traer de Vuelta la Edad Dorada!: Pág. 571 del Básico.
  • Cosmos Mecánico: Pág. 568 del Básico.
  • El Poder Da La Razón: Pág. 569 del Básico.
  • Todo es Datos: Pág. 570 del Básico.

Esferas afines:

  • Fuerzas: Pág. 517 del Básico.
  • Materia: Pág. 518 del Básico.
  • Tiempo: Pág. 521 del Básico.

Prácticas:

  • Artes Marciales: Pág. 574 del Básico.
  • Artesanías: Pág. 575 del Básico.
  • Cibernética: Pág. 578 del Básico.
  • Dominio: Pág. 579 del Básico.
  • Hackeo de la Realidad: Pág. 580 del Básico.
  • Hipereconomía: Pág. 574 del Básico.
  • Hipertecnología: Pág. 581 del Básico.

Los Dragones Amarillos de Espíritu, o Miao Guan:

Defensores de la paz, sobrevivientes de los horrores de la guerra, defensores del poder de la mente en lugar de las herramientas tecnológicas, manipuladores de las motivaciones humanas, maestros del poder mental, el libre albedrío es una amenaza que hay que eliminar. Suelen infiltrarse entre los miembros del Nuevo Orden Mundial.

En un grupo de tecnócratas, el Miao Guan resaltaría. Estamos incomodos con la tecnología, preferimos escribir una carta con bella caligrafía que un email. Deja que el Taiping Tianguo se pavonee con sus lujosos trajes y sus celulares, nosotros preferimos ropa de trabajo de color azul opaco, o muchas veces un simple uniforme de artes marciales. Esto no significa que despreciemos la ropa de negocio, simplemente que preferimos guardar aquellos tipos de hábitos para ocasiones muy especiales, normalmente en reuniones con otros Dragones Elementales. Aun así, aunque podamos parecer planos e insípidos, somos la facción más temida por cualquier otro Dragón Elemental. ¿Quién necesita armas a la vista cuando puedes controlar la mente de tu enemigo?

Siglos de estudio nos han hecho maestros no sólo de nuestra propia mente sino también de la de los otros. Algunos de nosotros preferimos usar nuestras mentes para canalizar los “poderes psíquicos” (como los llaman Strike Force Zero o los Progenitores), otros prefieren recurrir a técnicas de respiración, alquimia, infusiones herbales y posturas para enfocar el Chi. Reflejando el Chi dentro de nosotros mismos, podemos protegernos contra ataques mentales y mejorar nuestros poderes sensoriales. Luego aprendemos a controlar el Chi a medida que fluye fuera de nuestro cuerpo, dirigiéndolo para así poder entrar dentro de otros e influenciar sus pensamientos o acciones simplemente forjando una emoción o una intención en ellos.

Además, somos maestros en extraer información. La extracción tiene, por supuesto, su coste: dolores de cabeza extremos, sufrimiento y fatiga entre otros. Muy a menudo, los Shen que se intentan resistir a nuestros inquisidores sufren terribles consecuencias. Esto es malo, a fin de cuentas, estamos interesados no en el conocimiento por el conocimiento, sino en algo mucho más crucial: las motivaciones de nuestras víctimas. Entenderlas significa que somos capaces de influenciar a alguien, de aprender a controlarlo, a dirigirlo y a usarlo.

No podemos monitorizar todas las mentes en Asia, ese tipo de tarea sería imposible. En lugar de eso, usamos la mente colectiva, la mente grupal. Reconocemos el caos de los sistemas sociales y sentimos las profundas emociones de sociedades enteras. Jugando con los elementos del nacionalismo, el miedo, el deber o la ira podemos crear corrientes de emoción que se esparcen por la sociedad como la tinta en el agua. Aunque tales técnicas requieren tiempo y esfuerzo, tenemos infinita paciencia. A fin de cuentas, hace mucho tiempo que nos convertimos en dueños de nuestros propios deseos, caprichos e impulsos.

Por encima de todo, nos interesa la paz. Los más antiguos de los nuestros recuerdan los horrores de la Segunda Guerra Mundial, otros incluso recuerdan las guerras civiles que destruyeron familias enteras y dejaron a huérfanos llorando en las calles de una China que se encontraba ahora bajo la misericordia de invasores extranjeros. Juramos que nunca permitiríamos que China sufriese de nuevo, incluso si eso significa que nadie en China pueda gozar del libre albedrío.

Dentro de las técnicas de entrenamiento básicas de nuestros agentes (aparte de ser las normativas para cualquier Dragón Elemental) se encuentran regímenes de entrenamiento para incrementar la inteligencia, la percepción, la alerta y la astucia. Ciertos adeptos también mejoran sus capacidades físicas gracias a sus mentes, y unos pocos desarrollan capacidades para sentir el flujo espiritual. Estos últimos, son capaces de sentir los impulsos del Chi en la efimeria, o la existencia de seres en planos de pensamiento o emoción puros.

Por otra parte, a pesar de que despreciamos las maquinas, algunos de los nuestros son bastante capaces de enviar sus mentes a través de sistemas computacionales y leer toda la información que contienen. Por supuesto, el Taiping Tianguo teme nuestra interferencia. Aunque se trata de desinformación o propaganda, dejemos que sigan creyendo eso. Lo cierto es que podemos obtener acceso a cualquier localización e introducir numerosos fantasmas en la máquina, pero no permitiremos que descubran nuestras verdaderas capacidades tan pronto. Sea como sea, reconocemos en el mundo virtual el flujo de la información, y a pesar de nuestro desprecio por los ordenadores, intuimos bastante bien cómo funciona dicho flujo. A fin de cuentas, todo se trata de sistemas y redes, y hemos sido maestros en ello.

Paradigma: Entre sus modos más comunes de ver la realidad están los siguientes:

  • ¡Traer de Vuelta la Edad Dorada!: Pág. 571 del Básico.
  • El Poder Da La Razón: Pág. 569 del Básico.
  • Un Mundo de Dioses y Monstruos: Pág. 568 del Básico.

Esferas afines:

  • Correspondencia: Pág. 513 del Básico.
  • Datos (una alternativa tecnocrática a Correspondencia): Pág. 525 del Básico.
  • Mente: Pág. 519 del Básico.

Prácticas:

  • Artes Marciales: Pág. 574 del Básico.
  • Dominio: Pág. 579 del Básico.
  • Hackeo de la Realidad: Pág. 580 del Básico.
  • Yoga: Pág. 585 del Básico.
No quiero terminar la entrada sin citar las fuentes de las que he obtenido la información para elaborarla:

  • Estirpe de Oriente: para saber cómo traducir ciertos términos del juego.
  • Hermandad Rolera (blog): quienes han realizado una traducción base de los Dragones Elementales.
  • Mago: la Ascensión 20 aniversario: el manual básico.
  • MTA: Dragons of the East (no traducido al español): con la información básica.
  • MTA: Technocracy: Reloaded (no traducido al español): que contradice lo escrito en las otras fuentes, pero ha sido de mucha utilidad.

Espero que les guste leerla tanto como a mí hacerla. Suyo afectísimo, para Pifias & Rol,

Adam Graves.

Comentarios

  1. A mí que me encanta todo el lore relacionado con cultura asiática 🤍

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